Saturday, May 27, 2006

Queridos amigos, hoy quería hablaros de una obra única que me fascinó desde el primer instante: Lulu, de Alban Berg.

Esta ópera de Alban Berg parte de la más famosa obra de teatro de Frank Wedekind, Espíritu de la tierra y La caja de Pandora. En ella, Lulu encarna a una femme fatal cargada de misterio y sensualidad que va arrastrando a los hombres a un final cada vez más trágico y violento. Si bien no es la primera obra operística que trata este tema, hay algo inusual en Lulu que la hace especialmente atractiva. Por un lado, el brillante texto de Wedekind, cargado de detalles y simbolismos que el espectador irá desentrañando a medida que avanza la obra, la cual nos presenta una tragedia adulta, cargada de sexualidad y con un compendio de personajes perfectamente definidos. Por otro lado, la maravillosa música de Berg, incisiva y plenamente expresionista, pero también lírica y sensual, con la que Berg nos traslada a un mundo sonoro oscuro y mágico en el que incluso tiene cabida al final del primer acto una música cercana al cabaret de principios de siglo xx.

Presentada en el prólogo como la serpiente que arrastrará a sus víctimas al abismo, Lulu irá cambiando su atuendo después de cada muerte, como si su piel mudase.
Sin embargo, nuestra protagonista será tanto el verdugo como la víctima: esta gran obra sigue un patrón palindrómico, no tan solo en determinados pasajes musicales, sino también en el argumento, que nos presenta el ascenso y el declive de Lulu, quien para sobrevivir termina prostituyéndose, en el último acto, en un barrio marginal londinense. Tras nuestros ojos desfilarán una serie de clientes que reconocemos como los alter egos de las víctimas que Lulu condujo a la muerte, un reflejo distorsionado de lo que aquéllos fueron una vez. Finalmente, Jack el destripador consuma la venganza, acuchillando a nuestra protagonista y a su fiel acompañante, la condesa Getswich, en uno de los pasajes más estremecedores de la literatura operística.
La condesa, que ha sido manipulada y que ha sacrificado su fortuna y su salud por Lulu, a la que ama profundamente, despide esta obra con su último adiós <¡Lulu, mi ángel...déjame verte una vez más!¡Estoy cerca de ti!¡Estaré cerca...toda la eternidad!>.
Wedekind nos presenta así, no sin cierta ironía, el final de la condesa Getswich, ese personaje repudiado por la sociedad, que finalmente resulta ser también el más sincero y humano.

Si desean conocer esta obra, les recomiendo el dvd que recoge la representación del festival de Glyndebourne de 1997, dirigido por Andrew Davis, con la joven Christine Schäfer en el rol de Lulu, que plasma magistralmente.

Aquí les dejo una muestra. Se trata de la escena final del segundo acto, en la que Lulu seduce al hijo de Ludwig Schön, añadiendo mientras se entregan a la pasión:
Lulu:"¿No es éste el diván en el que se desangró tu padre?".
Alwa Schön: "¡Calla!¡Calla!".
Cae el telón.

http://www.yousendit.com/transfer.php?action=download&ufid=CAD264411F401FBA

Quinta pieza de la suite orquestal sobre la ópera de Berg, que incluye la escena final: http://www.yousendit.com/transfer.php?action=download&ufid=E8AFA43413EF596C

2 comments:

Bruckovsky said...

Enhorabuena por decidir crear tu blog. Que tengas muchos lectores y mucho éxito. Si no tienes inconveniente pondré una referencia al mismo en mi blog, como hago con los de todos los amigos de foroclasico.

Saludos

Anonymous said...

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